miércoles, 11 de abril de 2012

Medios de Comunicación Corroboran Informaciones dadas por el Ejército

General Caballero Toulier Director de Informaciones del Ejército, informa situación de Oficial Fallecido




Tras el enfrentamiento entre el Ejército Peruano y una columna terrorista en el VRAE, donde perdió la vida el viernes pasado el joven teniente Manuel Jesús Delgado Nauca, los familiares de la víctima solicitaron al presidente Ollanta Humala que el cuerpo de su hijo sea trasladado hasta Chiclayo, para darle cristiana sepultura.

Ante esto, el director de Información del Ejército, Luis Caballero Dolorier, sostuvo que la patrulla está realizando grandes esfuerzos a fin que el fallecido sea evacuado en las próximas 24 horas hasta su tierra natal a bordo de un helicóptero. 

“El terreno es de difícil acceso y son muchos los oficiales, suboficiales y tropas que están con él, por eso el desplazamiento es muy lento”, declaró en diálogo a RPP Noticias.

Por tal motivo, pidió a los familiares de la víctima paciencia y comprensión, pues “no quieren perder a otro combatiente”.

Caballero Toulier dijo que el coronel será traslado a Pichari, donde se realizará los respectivos procedimientos de ley tras su muerte, posteriormente, desde Mazamari, será enrumbado a Chiclayo.

IN MEMORIAM A UN HEROE DE LA DEMOCRACIA




Militar muere en el VRAE…
Por: Lic. Jaime Reyes León
Los medios dieron la noticia de tu muerte…las Fuerzas Armadas informaron que:…patrullas militares continúan operando contra los elementos terroristas que causaron la muerte de un Oficial del Ejército….Pero… puesto así tan impersonal, tan temporal, ¡una nota tan sencilla para decir que murió un amigo…!
La verdad, fue un reto para nosotros que como periodistas, te conocimos de cerca y compartimos buenos momentos de tu vida de soldado…y nos propusimos acercar algo de ti a los lectores, para que conozcan un poco más de tu nobleza y las perspectivas de vida de… un militar que murió en el VRAE al servicio de la pacificación nacional.
La nota nos costó escribirla, no por indolencia frente a otras lamentables perdidas de excelentes oficiales, sino porque tuvimos la suerte de conocerte como Oficial, como amigo y como auténtico comando del Ejército.Te apreciamos en ceremonias y desfiles con tu uniforme de parada, pero compartimos tu profesionalismo viéndoteen acción con el camuflado de combate,persiguiendo a esos “peruanos equivocados”como los llamabas y que hoy causaron tu muerte.
Cuando te requerimos en más de una oportunidad, para que relates una de tus muchas intervenciones en la lucha contra el narcoterrorismo, siempre nos desviabas, disculpándote que no estabas preparado… recién ahora comprendemos que te preparabas para algo más contundente, nos tenías guardada la sorpresa de un reportaje en la grandeza de tu acción, porque para eso si estabas siempre preparado…para entregar tu vida luchando por los demás, por la anhelada pacificación del país…
Sin embargo, como no destacar tú lado tremendamente humano al recordarte rodeado de tus soldados, en las cuadras de tropa disfrutando de la televisión, o departiendo con ellos las espontaneas ocurrencias contadas con la chispa del “tropita charapa”…o cuando Biblia en mano participabas en las misas dominicales del Cuartel. 
Tu convivencia castrense la compartías plenamente con tu gente, en la instrucción, en el deporte, en operaciones, en los triunfos y en las vicisitudes de la retirada…pero seguro Manuel que te falto algo. No nos diste “instrucción”,no nos preparastepara una despedida tan repentina y poder afrontar tu inesperada partida. 
O será que como afirmabas premonitoriamente horas antes de tu partida: que las heridas en combate son la más alta condecoración de un soldado en el teatro de operaciones…y la muerte muchas veces la recompensa que se tiene que pagar por el deber cumplido…
La bala artera que segó tu vida en las inhóspitos parajes de Pampa Aurorate abrió el camino al ansiado grado inmediato superior, que era tu justa aspiración institucional, pero también te abrió las puertas de la inmortalidad,  ahí donde los hombres de grandeza de espíritu y nobleza de corazón que te antecedieron están aguardándote, y no obstante tu juventud  podrás mostrar logros de lealtad, profesionalismo y honor a toda prueba que serán paradigmas permanentes para tus compañeros de armas y algunos “cachacos civiles” como cariñosamente  llamabas a los que estábamos identificados con nuestro glorioso Ejército.
Tal vez por eso te tenemos aúnpresente con tu espíritu alegre, con tu sonrisa permanente, con esa responsabilidad propia del combatiente profesional, tal vez por eso y no por otras consideraciones protocolares, hoy no percibimos todavía que ya estás junto a otros mártires de la pacificación, en la Mansión de los Héroes y cuando escuchemos gritar tu nombre: Teniente del Ejército Manuel Jesús Delgado Nauca,desde lo más profundo de nuestro corazón saldráal calor de una amistad sinceraun estentóreo:¡PRESENTE…¡en agradecimiento por enseñarnos con tu partida  el camino del honor.